Sáb. Jun 14th, 2025

Donald Trump lo volvió a hacer. En medio de su campaña por regresar a la Casa Blanca, el expresidente estadounidense protagonizó una jugada geopolítica de alto calibre: se reunió con el nuevo presidente de Siria, Ahmed al-Sharaa, en Riad, y anunció el levantamiento de las sanciones impuestas a Damasco.

El encuentro marca la primera reunión entre mandatarios de Estados Unidos y Siria en más de 25 años, un movimiento que ya está generando reacciones en todo el Medio Oriente.

Fin a las sanciones: ¿nuevo comienzo?

Desde la emblemática Plaza de los Omeyas en Damasco, cientos de sirios salieron a celebrar la noticia. Trump declaró que busca darle al país “una nueva oportunidad de grandeza” tras años de sanciones económicas que —según él— “fueron realmente devastadoras”.

La medida ha sido vista en Siria como un primer paso para reactivar la economía, abrir el país a inversiones y reducir el aislamiento internacional tras más de una década de guerra.

Presión para unirse a los Acuerdos de Abraham

Durante la reunión, Trump no perdió oportunidad de presionar a al-Sharaa para que se una a los Acuerdos de Abraham, el pacto que normalizó las relaciones de Israel con varios países árabes como Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Marruecos y Sudán.

“Le dije: ‘Espero que se una una vez que haya resuelto su situación’ y él me dijo ‘sí’. Pero tienen mucho trabajo por hacer”, dijo Trump a la prensa.

Además, el republicano pidió al presidente sirio asumir el control de las cárceles que albergan a miembros del Estado Islámico y expulsar a grupos considerados como terroristas palestinos, lo que marca un cambio radical en la política tradicional siria.

Aunque el gobierno sirio calificó la reunión como «histórica», no hizo mención directa sobre la posibilidad de establecer relaciones diplomáticas con Israel, lo cual aún genera dudas entre analistas y líderes regionales, especialmente por el conflicto en los Altos del Golán, territorio ocupado por Israel desde 1967.

Erdogan y Mohamed bin Salmán también estuvieron presentes

La reunión en Riad no fue un evento aislado. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y el príncipe heredero saudita, Mohamed bin Salmán, participaron vía videollamada, consolidando así un encuentro diplomático de alto nivel entre potencias que usualmente mantienen posturas opuestas en la región.

La participación de Erdogan es especialmente llamativa, ya que Turquía ha tenido fuertes tensiones con Siria en los últimos años, mientras que Arabia Saudita busca posicionarse como mediador clave en el nuevo tablero geopolítico.

Escándalo en Qatar: el regalo del avión presidencial

Después de su paso por Arabia Saudita, Trump voló a Qatar, donde anunció un megaacuerdo entre Boeing y Qatar Airways para la compra de 160 aviones por 200 mil millones de dólares, el más grande en la historia de la empresa aeronáutica.

Pero lo que realmente encendió las redes fue la noticia de que la familia real qatarí le ofreció a Trump un Boeing 747-8 de lujo, valuado en más de 400 millones de dólares, como “regalo temporal”. El expresidente defendió la aceptación del avión diciendo que se trataba de una muestra de “orgullo nacional”.

¿Qué implica todo esto?

El levantamiento de sanciones, las negociaciones con Siria y el intento de ampliar los Acuerdos de Abraham confirman que Trump está decidido a proyectarse como un líder de peso internacional, incluso antes de las elecciones presidenciales.

Mientras tanto, países como Irán, Israel y Egipto observan con atención los movimientos de Estados Unidos, preguntándose si de verdad estamos ante el inicio de una nueva etapa para Medio Oriente o solo ante un show político más.

 

 

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