En medio de la tensión que se vive en Europa del Este, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunció un cese al fuego de 72 horas en su guerra contra Ucrania. ¿La razón? No es exactamente por amor a la paz, sino para conmemorar el 80 aniversario de la victoria de la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial.
El Kremlin informó que todas las hostilidades se suspenderán entre el 8 y el 10 de mayo, esperando —sin negociarlo antes— que Ucrania también detenga los ataques. Pero claro, advirtieron que si Kiev no cumple, la respuesta será «adecuada y eficaz», lo que en su lenguaje suele significar una represalia militar.
¿Una verdadera oportunidad para la paz?
Desde Kiev no tardaron en responder. Ucrania aceptó la propuesta… pero con una condición: que la tregua no sea solo de tres días, sino que se extienda por al menos 30 días.
«¿Por qué esperar hasta el 8 de mayo? Si el fuego puede detenerse ahora y durante 30 días, entonces sería algo real, no solo para un desfile», criticó el encargado de Asuntos Exteriores de Ucrania, Andrii Sybiha, a través de redes sociales.
El gobierno de Volodímir Zelenski ha insistido en que no basta con pausas simbólicas. Necesitan un alto al fuego completo y duradero para empezar a pensar en negociaciones de fondo.
¿Y Trump en todo esto?
Curiosamente, este ofrecimiento de tregua se hace mientras sigue en el aire la propuesta del expresidente estadounidense Donald Trump, quien hace unos días planteó una controversial idea: que tanto Rusia como Ucrania cedan partes de su territorio para llegar a la paz. Sin embargo, ni Putin ni Zelenski parecen estar prestando mucha atención a esa fórmula.
¿Qué podemos esperar?
El cese de hostilidades de 72 horas es un pequeño respiro, pero no representa una solución real al conflicto. Ucrania insiste en que se necesita algo más serio y sostenido. De momento, el mundo observará si ambas partes respetan la tregua temporal… o si la violencia vuelve a estallar en cuanto termine el aniversario soviético.