En medio de la tensa relación que mantiene con su familia, el príncipe Harry volvió a sorprender con una declaración emocional y directa: “No sé cuánto tiempo le queda a mi padre”. El duque de Sussex ofreció una entrevista a BBC News tras conocer que el Tribunal de Apelación del Reino Unido rechazó su intento de recuperar la protección policial durante sus visitas al país, lo que para él representa no solo una barrera legal, sino también personal, ya que dice no poder visitar a su familia con tranquilidad ni llevar consigo a su esposa, Meghan Markle, y a sus hijos, Archie y Lilibet.
Harry, visiblemente afectado, aseguró que desde que abandonó sus funciones reales en 2020 ha sido “señalado y tratado de forma injusta”, además de que su seguridad fue retirada completamente, a pesar de que sigue siendo blanco del interés público y mediático. El hijo menor del rey Carlos III afirmó que esta decisión judicial lo deja sin otra opción más que mantenerse alejado del país que lo vio nacer. “La vida es preciosa. No me habla por cuestiones de seguridad, pero sería bueno reconciliarnos”, dijo, haciendo referencia directa al monarca.
La situación se agrava debido a que el rey Carlos III fue diagnosticado con cáncer a principios de 2024, lo que llevó a una breve reunión entre padre e hijo. Sin embargo, Harry afirma que actualmente no tiene ningún canal de comunicación abierto con su padre. “No responde mis llamadas ni cartas”, confesó. Aunque desea una reconciliación, asegura que ha sido ignorado en sus intentos por acercarse.
Desde hace años, las tensiones entre los Sussex y la realeza británica han sido constantes y públicas. Harry y Meghan han utilizado libros, documentales y entrevistas para revelar su versión sobre lo que ocurre dentro de la familia real. Su decisión de alejarse en 2020 marcó un antes y un después no solo en la monarquía británica, sino también en la forma en que esta enfrenta el escrutinio mediático. Para Harry, sin seguridad adecuada, no hay condiciones para un reencuentro pleno.
La negativa del Tribunal de Apelación se basa en que Harry dejó voluntariamente su papel como miembro activo de la realeza, por lo que no debe tener derecho automático a la protección financiada con recursos públicos. Aun así, el príncipe considera que su posición lo sigue exponiendo a riesgos y amenazas que deberían tomarse en cuenta. “No busco privilegios, busco proteger a mi familia”, expresó.
Mientras tanto, el diagnóstico del rey Carlos III mantiene la atención sobre la familia Windsor. A pesar del silencio del monarca ante los intentos de contacto de su hijo, las declaraciones de Harry parecen abrir una puerta para la reconciliación. “No tiene sentido seguir peleando”, dijo, reconociendo que los años pasan y que quizás no haya muchas más oportunidades para sanar las heridas familiares.