Sáb. Jun 14th, 2025

Garbage está de vuelta, y lo hace con una fuerza brutal. Su octavo álbum de estudio, Let All That We Imagine Be The Light, no solo es uno de los lanzamientos más personales de su carrera, también es un grito poderoso en medio del caos global. Shirley Manson y compañía nos entregan un disco cargado de distorsiones, reflexiones íntimas, crítica política y, sobre todo, una esperanza combativa que suena más punk que nunca.

Si no sabes por dónde entrarle a este discazo, aquí van cinco claves que te van a enganchar desde la primera escucha:

 

1. Shirley Manson, más feroz que nunca tras vencer el dolor

Durante la creación del disco, Shirley enfrentó dos cirugías de reemplazo de cadera. Desde su cuarto, con el cuerpo en recuperación y la mente llena de preguntas, escribió muchas de las letras más intensas del álbum. El resultado es un trabajo íntimo y catártico donde el dolor se transforma en poder.

El origen de este proceso se remonta a 2016, cuando se cayó del escenario en la gira de Strange Little Birds. “Me tardé cinco años en desintegrarme”, confesó a The Guardian. Ahora, a sus 58 años, vuelve con una fuerza que no se ve todos los días en el rock.

Escucha “Chinese Fire Horse” o “The Day That I Met God” y entenderás por qué esta etapa es tan especial: es Shirley enfrentando su vulnerabilidad con total sinceridad.

 

2. Un disco que abraza la esperanza como acto de resistencia

Desde el track de apertura, “There’s No Future in Optimism”, Garbage lanza un mensaje claro: en medio del desastre mundial, todavía se puede apostar por el amor y la empatía. Las protestas por el asesinato de George Floyd, la crisis social en EE.UU. y el desgaste emocional global fueron parte del impulso para crear un disco que no se rinde.

Este álbum suena como un himno para quienes no quieren dejar de creer, aunque el mundo parezca irse al carajo. Y en estos tiempos, eso suena más rebelde que cualquier pose.

 

3. Producción cruda, íntima y poderosa

El disco fue grabado en espacios con carga emocional para la banda: el estudio Red Razor Sounds en Los Ángeles, el Grunge Is Dead de Butch Vig y hasta la propia habitación de Shirley. Eso se nota. Cada canción suena directa, honesta, sin pretensiones.

Garbage no pierde su toque siniestro: tracks como “Have We Met (the Void)” y “R U Happy Now” tienen atmósferas que rozan el terror psicológico, con sintetizadores escalofriantes, bajos oscuros y guitarras que te arrollan.

 

4. Letras con crítica social y feminismo afilado

Garbage siempre ha sido una banda con algo que decir, y este álbum no es la excepción. “Get Out My Face AKA Bad Kitty” es una rola explosiva sobre la regresión en los derechos de las mujeres en EE.UU., y “R U Happy Now” va directo contra los tramposos y abusadores con poder.

Shirley alterna susurros, gritos y melodías con una maestría brutal, dejando claro que la furia también puede ser elegante. Cada canción es un mensaje, una postura, una advertencia.

 

 5. Una estética sonora que mezcla pasado y futuro

Garbage ha sabido reinventarse sin perder su esencia. Este disco tiene esa vibra lo-fi de sus primeras épocas, pero con una producción moderna que no le quita lo crudo ni lo emocional. Es como si estuvieran tocando en una sala oscura, pero rodeados de sintetizadores que parecen salidos de una película distópica.

Butch Vig logra que cada capa de sonido tenga sentido, y que la voz de Manson flote como si fuera un instrumento más. Todo está cuidado para que nada sobre, ni falte.

 

¿Vale la pena escucharlo?

Let All That We Imagine Be The Light es un disco necesario para los que están hartos de la apatía, para quienes aún creen que la música puede decir algo importante. Garbage suena más libre, más humano, más despierto.

Y sí: no hay skips.

 

 

 

por admin

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