Dom. May 18th, 2025

El corazón de Roma se tiñó de emoción este sábado cuando más de 250,000 personas se reunieron en la Plaza de San Pedro para despedir al papa Francisco, en una ceremonia que unió a presidentes, reyes y fieles de todo el mundo.

 

Francisco, el primer papa latinoamericano y el primero en casi 13 siglos no nacido en Europa, falleció a los 88 años tras sufrir un derrame cerebral. Durante su papado de 12 años, fue un firme defensor de los migrantes, los oprimidos y el medio ambiente, marcando un antes y un después en la historia de la Iglesia católica.

 

El funeral, presidido por el cardenal Giovanni Battista Re, estuvo lleno de momentos emotivos. En su homilía, el cardenal recordó que Francisco «compartió verdaderamente las ansiedades, los sufrimientos y las esperanzas de este tiempo». Cada mención a su legado provocaba aplausos de una multitud que desbordaba la plaza y las calles adyacentes.

 

Desde el cielo, las imágenes mostraban un mosaico de colores: el negro de los líderes mundiales, el rojo de los cardenales, el morado de los obispos y el blanco de miles de sacerdotes. En medio de este mar humano, el féretro de Francisco fue trasladado hacia su última morada, la Basílica de Santa María la Mayor, en un papamóvil descubierto.

 

Fiel a su estilo sencillo, Francisco rompió tradiciones hasta el final: rechazó ser enterrado en la cripta de San Pedro y pidió una ceremonia más austera, con un solo ataúd de madera revestido de zinc. Sobre su tumba, apenas una palabra: «Franciscus», como símbolo de la humildad que predicó en vida.

 

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien tuvo varios desencuentros con Francisco durante su mandato, asistió al funeral y aprovechó para sostener una reunión privada con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. Según la Casa Blanca, fue una «discusión muy productiva» en medio de los esfuerzos internacionales por alcanzar la paz en Ucrania.

 

La lista de líderes mundiales presentes fue impresionante: Javier Milei (Argentina), Olaf Scholz (Alemania), Emmanuel Macron (Francia), y los reyes de España, entre otros, se unieron en un último homenaje.

 

Italia montó una de las mayores operaciones de seguridad en décadas, cerrando el espacio aéreo romano, desplegando misiles antiaéreos y reforzando la vigilancia en tierra y agua.

Ahora, la atención se centra en el próximo cónclave, previsto tentativamente para después del 6 de mayo, donde los cardenales deberán elegir un nuevo líder para una Iglesia dividida entre quienes desean continuar el camino de apertura iniciado por Francisco y quienes apuestan por un regreso a tradiciones más conservadoras.

 

Mientras tanto, Roma despide a un papa que dejó huella en millones de corazones, no solo como jefe de Estado, sino como un hombre que eligió la sencillez, la compasión y el servicio por encima de todo.

 

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