Vie. Jun 13th, 2025

Desde las primeras horas del día, integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) establecieron un cerco humano en torno al Palacio Nacional. Tomaron las calles de Correo Mayor, Moneda y Corregidora, donde retiraron vallas y formaron bloqueos que impidieron la entrada tanto de personal oficial como de medios de comunicación.

La acción se enmarca en el plantón indefinido que el magisterio disidente mantiene en el Zócalo capitalino desde el pasado 15 de mayo, como parte de sus jornadas de lucha por el Día del Maestro. Los maestros, con pancartas, altavoces y consignas, manifestaron su descontento frente a lo que consideran una respuesta insuficiente del gobierno federal.

Entre sus demandas más destacadas se encuentra la abrogación de la Ley del ISSSTE de 2007, la eliminación de la reforma educativa de 2019, y un incremento salarial del 100%. Aunque recientemente se anunció un aumento retroactivo al salario, acompañado de beneficios adicionales como una semana extra de vacaciones, la CNTE considera que esto no compensa los años de rezago y precariedad laboral.

El bloqueo tuvo un impacto directo en la agenda presidencial. La conferencia matutina prevista para este miércoles tuvo que realizarse en formato virtual, ya que ni los funcionarios ni los periodistas pudieron ingresar al Salón Tesorería. Entre las personas afectadas se encontraba la gobernadora de Veracruz, que tampoco logró acceder al recinto.

La CNTE ha intensificado su presencia en la capital con protestas simultáneas, bloqueos en vialidades clave y la toma de casetas, donde han permitido el paso libre como método de presión. Su estrategia ha logrado visibilizar el conflicto y poner al gobierno en una situación de negociación forzada.

El gobierno federal ha propuesto una mesa de diálogo para el próximo viernes. Sin embargo, la CNTE ha rechazado la propuesta de manera categórica, insistiendo en que sólo dialogará directamente con la presidenta y no con intermediarios. Señalan que el aplazamiento del diálogo representa una falta de voluntad política.

Diversos sindicatos del sector público han expresado su apoyo a las demandas del magisterio, ampliando la dimensión del conflicto. Este respaldo aumenta la presión para que se logre una solución negociada que no escale a niveles de parálisis institucional o afectaciones mayores a la ciudadanía.

A pesar de las molestias causadas a miles de personas que trabajan o transitan en el Centro Histórico, el movimiento magisterial ha dejado en claro su capacidad de organización y resistencia. Su mensaje es contundente: sin justicia laboral, no hay gobernabilidad posible.

El reto para la actual administración no es menor. Se requiere de voluntad política, empatía y soluciones reales que reconozcan los derechos laborales del magisterio sin menoscabar la gobernabilidad ni el derecho de terceros. La solución está en el diálogo directo y en el cumplimiento de compromisos históricos largamente postergados.

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