Vie. Jun 13th, 2025

La Jabalinada
Por Bruno Cortés


Cuando el gobierno dice que todo va bien, es momento de checar el refrigerador.

Sí, el INEGI no mintió: México esquivó por nada la recesión técnica, con un 0.2% de crecimiento en el primer trimestre de 2025. Y como buenos campeones de la autocomplacencia, desde Palacio Nacional ya colgaron la medalla de oro. Pero mientras los tecnócratas aplauden en traje, el mexicano promedio hace maromas con su quincena para comprar huevo, pagar el Metrobús y de paso no volverse loco. No hay fiesta, pero sí cruda económica.


Recesión maquillada: ni muertos ni vivos, nomás de bajada

Evadimos la recesión como quien esquiva al cobrador del Coppel: cerrando la puerta, pero con el susto en el cuerpo. La inflación sigue bailando entre el 3.5% y 4%, con el Banco de México bajando tasas como quien sopla una vela esperando que no reviente el pastel. ¿Optimismo? Solo para quienes no han pisado un mercado en meses.

Mientras tanto, el gobierno vende el nearshoring como si fuera la Segunda Venida de Cristo. Y sí, hay inversión extranjera… pero en lugares donde aún hay electricidad y trenes que funcionan. El resto del país —el sur profundo, el norte olvidado y el centro saturado— sigue esperando una señal divina o al menos un secretario que no venga con PowerPoint, sino con soluciones.


‍♂️ Empleo: sí hay, pero sin derechos ni futuro

La tasa de desempleo es baja, pero el 55% de los trabajadores están en la informalidad. Venden gelatinas, manejan motos, cuidan coches, limpian parabrisas. Son el motor real de esta economía “sólida”, aunque el Seguro Social no los reconozca y la Secretaría del Trabajo les hable como si vivieran en Finlandia. Vivimos en el país del “sí hay trabajo, pero a ver si te pagan”.


CNTE: de vanguardia educativa a sindicato del caos

Y mientras tanto, el Centro Histórico se convierte en zona de guerra otra vez. La CNTE volvió a plantar su eterna verbena pedagógica frente a la SEP. Carpas, lonas, altavoces y consignas recicladas. Solo que ahora ya no son gritos de lucha, sino susurros de extorsión.

Los comerciantes de la zona —esos que pagan impuestos, rentas, luz y corajes— están al borde del colapso. Las ventas se desploman, los turistas huyen y los locales cierran. Pero los líderes de la CNTE ahí siguen, abrazando la bandera de la educación mientras estrangulan la economía de cientos. Protestan en nombre del pueblo, aunque el pueblo los deteste. Ironías del México mágico.


Estado ausente, violencia presente

Y si de realidades incómodas hablamos, el asesinato de dos cercanos a Clara Brugada pone los pelos de punta. Ximena Guzmán y José Muñoz fueron ejecutados con precisión quirúrgica a plena luz del día, en Calzada de Tlalpan. ¿Mensaje del crimen organizado? ¿Advertencia? ¿Cobro de factura política?

Los indicios apuntan a un operativo profesional, bien financiado y ejecutado con total impunidad. No es la primera vez que grupos criminales marcan territorio en la capital. Lo hicieron con Harfuch en 2020, y ahora, parece que siguen ajustando cuentas a su estilo: sangre, plomo y silencio. La pregunta ya no es “¿quién sigue?”, sino “¿cuándo nos alcanzará la bala?”.


Brugada en el punto de quiebre

La jefa de Gobierno ha pedido seguridad adicional. No es para menos. Sus colaboradores cayeron en una operación que grita “tenemos el control”. La Unión Tepito, el CJNG, la Familia Michoacana… todos tienen ficha, calle y padrinos. El crimen organizado no solo existe: convive, negocia y a veces gobierna.

Las autoridades prometen justicia. Pero, ¿cuándo ha llegado? Las cámaras captaron al sicario. Hay placas alteradas, modus operandi y rutas de escape. Pero mientras la FGJCDMX recolecta pistas, los criminales ya están planeando el siguiente golpe.


Sobrevivimos… pero ¿a qué costo?

México no está en recesión. Técnicamente. Pero en la calle, en la tiendita, en el Metro, la sensación es de angustia económica, violencia institucional y un cinismo galopante.

La CNTE acampa como si fuera Woodstock, pero sin música ni paz. La economía avanza como tortuga artrítica. Y el crimen organizado, ese que según ya estaba contenido, vuelve a dar un manotazo en la mesa política.

Así que sí, México camina. Pero como el borracho que tambalea en la madrugada: sin rumbo claro, con la cartera vacía y con la esperanza de no toparse con la policía… o con un sicario.


¿Siguiente capítulo? Cuando la inflación baje, los maestros regresen a clases y las balas no manden mensajes. O sea, en el México de los sueños. Porque en el real, ya saben: no estamos en recesión… nomás estamos jodidos.

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